
A veces nos calentamos la cabeza más de la cuenta para conseguir lo que queremos.
En la línea de lo que os comentaba la semana pasada, le damos la vuelta a la tortilla 300 veces: que si los objetivos personales, que si los profesionales, que si esto que lo otro.
Cuando a veces es cuestión de proponerse una cosa sola, pero hacerla.